Pautas y etapas para gestionar el día a día con los más pequeños y adolescentes: vencer el miedo, establecer rutinas y educar en positivo
La profesora de Psicología de la Universidad CEU San Pablo Ana Jiménez-Perianes, experta en niños y adolescentes, nos facilita algunas pautas y su evolución para sobrellevar con los más pequeños y los adolescentes de la casa la situación en la que estamos inmersos.
Información e imaginación para vencer al miedo
La primera consiste en entender qué es el COVID-19. Hay que saber cómo explicárselo bien, a través de la fase de psicoeducación. Lo más importante es la forma con la que hacemos llegar esta información a los más pequeños, para que sean capaces de entender y vean respondidas sus dudas. Debemos plantearlo todo de la manera más sencilla y, sobre todo, sin generarles miedos.
Una de las técnicas de intervención que se realizan con niños es transformar aquello que les da miedo en algo divertido. Por ejemplo, un niño puede imaginar un virus de manera terrorífica, pero, si empezamos a dibujar sobre él cosas divertidas, ese miedo desaparecerá. Se puede disfrazar de soldado o de superhéroe para luchar, o utilizar el agua y el jabón como poción mágica. ¡Vamos a enfrentarnos jugando! Es clave normalizar la situación.
Resuelta la primera parte de entender qué es y cómo debemos combatirlo —sin hablar todo el rato sobre el tema—, toca adaptarnos dentro de casa, o, ¿del castillo? O para algunos, mazmorras…
Rutinas sí, pero con cierta flexibilidad
En la medida de lo posible se establecerán unas rutinas, dependiendo de la edad y el número de los pequeños, pero siempre con flexibilidad, puesto que si se ve alterada puede generar más estrés en los padres. Por ello, habrá que adecuarse a las circunstancias y será más importante el hacer determinadas tareas que el orden estricto de las mismas. También es importante ser capaces de amoldarnos a los cambios sin sentir ansiedad.
Hay que asumir que estamos en una situación especial e intentar mirar desde su perspectiva. Por eso, igual que para los adultos, es necesario flexibilizar algunas normas dentro de casa para niños y adolescentes.
Educar en positivo y no dejar de aprender cosas nuevas
Es también un buen momento para comenzar a potenciar la autonomía de los pequeños, así como aumentar su implicación en las tareas de casa, siempre a modo de juego y con refuerzo positivo. ¡Vamos a quitar las pinzas azules de la ropa!
A veces, pueden aparecer rabietas, emociones intensas o desbordadas, o conductas disruptivas. Aquí es donde tenemos que sacar nuestro superpoder de la paciencia, recoger su malestar y darles apoyo. No es momento de hacer uso de frases de tipo autoritario, como «es lo que hay», o «te aguantas». Es momento de educar en positivo, abrazarles y cambiar nuestro discurso: «es normal que te sientas así, es un rollo estar en casa, pero podemos hacer muchas cosas distintas que no hacíamos antes» o hacer actividades que ya hacíamos, pero de diferente manera.
Debemos sacar lo mejor de nuestra creatividad, la de Internet o, en algunos casos, la de la familia. Y para eso, también será importante mantener el contacto con llamadas, videollamadas, mensajes o, incluso, mandando emoticonos. ¡Hay que ver cómo están los habitantes de otros «castillos» y tener contacto con ellos!
Respetar la independencia de los adolescentes y esforzarse en comprenderles
Otras veces podemos encontrar adolescentes en los «torreones», cuya gestión emocional también es importante. Habrá momentos que estén en familia, pero también necesitarán su independencia y habrá que aceptar y respetar ese momento de privacidad. Es normal que quieran estar solos o para contactar con sus amigos, dentro de unos límites establecidos de tiempo.
Asimismo, es un buen momento para compartir y comprender actividades que realicen nuestros hijos adolescentes: escuchar el tipo de música que les gusta, compartir con ellos películas, series o videojuegos.
Además, pueden hacerse responsables de ciertas actividades en casa en estos días: desarrollar una tabla de ejercicios, cocinar, buscar algunos hobbies para disfrutar en familia o, en un momento dado, sacar al perro cumpliendo las normas. Sin duda, su forma de gestionar la situación es diferente, pero también saben de la importancia de su colaboración en estos momentos, además de la capacidad que tienen para llegar a la gente. Tienen un potencial increíble, con el que pueden conseguir lo que se propongan.