Con la pandemia, la palabra «responsabilidad» está en boca de todos. Pero siempre, mayores y pequeños/as debemos ser responsables, en el sentido de ser capaces de reconocer y aceptar las consecuencias de nuestros actos y decisiones.
La responsabilidad infantil es una habilidad que se aprende, como tantas otras. Para que entiendan la importancia de ser responsables y sepan cómo llegar a serlo, debemos transmitirles varios conceptos relacionados, como son la confianza, el compromiso y la perseverancia. Las personas mayores tenemos que dejarles hacer, guiándoles siempre, pero nunca limitando su capacidad para tomar decisiones.
Tradicionalmente, se ha basado la responsabilidad de niños y niñas en la obediencia a los mayores, y no tanto en su capacidad para decidir por sí mismos. Sin embargo, los/as más jóvenes nos están demostrando que son capaces de ser responsables tanto de manera individual —por ejemplo, respetando las normas sanitarias— como colectiva —por ejemplo, implicándose en acciones por el clima—.
Confiando en su capacidad para elegir bien estaremos, además, apuntalando su autoconfianza. También es importante que valoren la importancia del esfuerzo y la constancia, para reafirmar su responsabilidad.
Debemos adaptarnos a la edad y capacidades individuales de los niños, teniendo siempre en cuenta su necesidad de jugar y divertirse. Si les exigimos de más, podemos generarles tensión emocional. Así:
Educar en la responsabilidad se enmarca en una educación en valores como la que ofrecemos en los Colegios CEU, que son vitales para su futuro personal y profesional. En esta labor contamos siempre con el aporte y compromiso de las familias, para lograr que nuestros alumnos se conviertan en adultos felices y de éxito.