Las ventajas de fomentar la competencia sana en clase
Alentar la motivación de los estudiantes, así como despertar su interés por aprender y por participar en el aula es uno de los grandes desafíos de los educadores. Para lograrlo, la atención personalizada como la que ofrecemos a través de la acción tutorial en el Colegio CEU Virgen Niña resulta muy útil. Con ella prestamos atención a sus gustos personales, preocupaciones e intereses. Elegir metodologías activas, utilizar la tecnología y fomentar el trabajo en equipo también favorece un ambiente en el aula que sea colaborativo y comprometido con el aprendizaje.
En esta línea, promover una competencia saludable entre el alumnado también sirve para potenciar su motivación y mejorar el rendimiento global de la clase. Pero hay que evitar los extremos si queremos que los retos y la competitividad sean sanos. Así, no se gana o se pierde. De hecho, emplear esta terminología resulta contraproducente, al generar estrés e inseguridad. Lo que queremos es animarles a afrontar retos y apoyarles en el camino de conseguir sus propósitos, siempre confiando en sus propias capacidades y en las de los demás.
También es importante adecuar las propuestas a cada momento del desarrollo. Exigir por encima de su momento natural de crecimiento puede provocar frustración.
Competir para superarnos a nosotros mismos y hacerlo cada vez mejor
No olvidemos que la competencia, para que sea sana, debe señalar una evolución razonable, porque si se convierte en una competencia dura el ambiente en el aula pasará a ser negativo y frustrante. Por contra, la competitividad sana es beneficiosa:
- Impulsa a los alumnos a atreverse a intentarlo y a equivocarse sin miedo, porque el error nunca es un fracaso, si no una oportunidad de aprendizaje y de superación.
- Les enseña a valorar el esfuerzo y a entender que el triunfo no es el fin en sí mismo, si no el intentar hacerlo lo mejor posible.
- Aprenden a comparar sus propios logros para ver su evolución, lo que les anima a continuar intentándolo y a comprometerse con el aprendizaje.
- Se fomenta la cooperación en el aula, la cohesión y la ayuda desinteresada.
- Al hacer hincapié en el proceso y no en el resultado, se aprende y se disfruta más.
- Sienten satisfacción por el trabajo bien hecho y el esfuerzo sincero.
- Les hace crecer en valores, al intentar conseguir sus metas de forma honesta y sin trampas.
Niños y niñas deben entender cuáles son sus límites, y entender que no pueden destacar en todo. Los adultos debemos ser el mejor ejemplo, mostrándoles que el esfuerzo siempre tiene recompensa, que se puede disfrutar aunque no se gane, y que con generosidad, reconocimiento hacia los demás y trabajo en equipo se pueden lograr metas de una manera muy satisfactoria.