La generación Z: ¿cómo es nuestro alumnado y cómo debe ser su educación?
Nuestro alumnado pertenece a la que ya se denomina Generación Z. La conforman los nacidos a partir de los últimos años de la década de los 90 y los años 2000, y también se la llama postmillenial o centenial. ¿Cuáles son […]
Nuestro alumnado pertenece a la que ya se denomina Generación Z. La conforman los nacidos a partir de los últimos años de la década de los 90 y los años 2000, y también se la llama postmillenial o centenial.
¿Cuáles son las características de la Generación Z?
Aunque las diferencias a veces se difuminan, podemos decir que sus integrantes han nacido con el nuevo siglo. Así, tienen rasgos que los diferencian de los conocidos millenials:
Son nativos digitales: la tecnología ya estaba cuando nacieron, y la utilizan con fluidez y naturalidad.
Tienen una gran conciencia social y ética: muchas veces la canalizan a través de iniciativas online, y utilizan las redes sociales como canales para denunciar injusticias.
Son impacientes: están acostumbrados a la inmediatez, y no tener lo que buscan al instante les puede frustrar. Son del «aquí y el ahora».
Internet es imprescindible: para ellos siempre estuvo ahí, y es fundamental para sus relaciones sociales y para su comunicación cotidiana.
Son más tolerantes e integradores: tienen menos prejuicios, aceptan bien la diversidad y la perciben como enriquecedora.
Son muy visuales: están acostumbrados a pantallas, imágenes y vídeos.
Son autodidactas: buscan información por sí mismos y la aplican, dependen menos de profesores y padres para conseguir el conocimiento.
Hacen muchas cosas a la vez: la inmediatez va de la mano de la multitarea. Pueden llevar a cabo varias actividades de forma simultánea de forma natural.
Les cuesta fijar la atención: mantener el foco en una única cosa les resulta complicado.
Son creativos: eliminan cualquier tipo de límite con imaginación.
Ven la educación como un medio, no un fin en sí mismo: les preocupan más las experiencias que los títulos y dan mucho peso a la vocación.
Organizan y comparten la información con mucha flexibilidad: esto les prepara para colaborar y trabajar en entornos multiculturales y sin fronteras.
Se adaptan rápido a las novedades: contar con una buena gestión del cambio y de la incertidumbre es una necesidad para ellos.
No llevan bien las jerarquías: prefieren relacionarse en entornos horizontales e igualitarios en los que prime la flexibilidad y la participación.
Dan mucha importancia a la ética y los valores: tanto a la hora de tomar decisiones de consumo como a la hora de buscar empleo.
Quieren una formación más práctica y flexible: eligen el trabajo colaborativo y en red, el aprendizaje menos formal, la creatividad como gran valor, la orientación a un futuro laboral en el que prima la incertidumbre…
La educación para la Generación Z: innovadora y participativa
Los educadores deben conocer y asumir todos estos cambios con respecto a la generación anterior. Nuestra tarea como docentes es adaptar las metodologías a las nuevas realidades, necesidades y expectativas de los estudiantes. Solo así conseguiremos motivarles para que sean capaces de dar lo mejor de sí mismos.